De Norte a Sur Opinión

Lesvy; el periodismo machista Hecho en México

Colaboradores


12 mayo, 2017 @ 9:22 am

Lesvy; el periodismo machista Hecho en México

México, un país ultra conservador (parte I de II)

Mireille Campos Arzeta

Lesvy Berlín Rivera Osorio, estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades, una joven con el futuro por delante, la atrapó el peor mal de todos los males del país: el feminicidio, una epidemia imparable, un virus que no quiere ser atacado por la justicia y que se alimenta día con día y a todas horas con el machismo y misoginia de su sociedad, cuando se erradique estaremos curados, de las grandes certezas que han aportado las feministas.

Lesvy Berlín cimbró a la comunidad universitaria, provocándonos una profunda herida, que jamás olvidaremos, ni perdonaremos. Una estudiante que en el ejercicio de su autonomía decidió hacer una pausa en sus estudios y dedicarse a otras actividades como trabajar para poder independizarse y decidir vivir en pareja, recordemos que en este país con la precariedad salarial que tenemos, frustra las posibilidades de la juventud para salirse de su casa, si pretenden  hacerlo implica dejar los estudios porque con los 6 mil pesos que pagan al mes en jornadas de más de 8 horas en los trabajos bajo la dictadura del outsourcing, de verdad que no alcanza y tampoco les queda tiempo para estudiar, no olvidemos que esta práctica se legalizó con la Reforma Laboral del Pacto por México en 2013.

Haber dejado temporalmente los estudios fue un hecho condenado hasta la saciedad por la justicia de la “progresista Ciudad de México” (PGJDF), los medios de comunicación y algunas voces insensibles de la comunidad estudiantil universitaria.

La integrante de la Estudiantina Femenil de la UNAM, quien cantaba y tocaba la mandolina, y además políglota. Le truncaron la vida y nos hizo ver que ya no podemos tocar más hondo porque desde hace años ya estamos ahí, porque México se ha convertido en la perversidad de lo permisivo, en la satanización de la “exageración”; “no pasa nada”; y “no todo es género” te sesgas con tu feminismo también a nosotros los hombres nos matan. Esta actitud nos está matando tanto a mujeres y hombres, porque es perversa e insultante la forma en la que se ha normalizado la muerte en sí.

Berry como la llamaban cariñosamente sus amigas, ha mostrado una vez más a esa sociedad machista, clasista y conservadora que es México. Desde el principio de las investigaciones de la procuraduría, el caso se manejó como suicidio, así sin tener pruebas, ni nada, para la justicia del país las mujeres que se hallan muertas solas ya sea en espacios privados o públicos, su primera respuesta ante el hecho es el suicidio, las primeras responsables en quitarse la vida somos nosotras mismas, nadie es sospechoso, la culpa recae en nosotras, sería interesante que la justicia nos explicara ¿Por qué las mujeres se suicidan? ¿Qué elementos determinan el suicidio? O ¿Es una ocurrencia?

Así comenzó a circular una historia sin nombre, ni apellido en redes sociales, a las 12:22 del 3 de mayo el sitio SDP noticias publicó “Encuentran cadáver de una mujer en la UNAM” sólo dio información sobre la hora en la que fue encontrado su cuerpo, 6:50 a.m., y lo que trascendió en su contenido fue que el Rector de la UNAM Enrique Graue había acudido al lugar de los hechos. Transcurrieron como 10 horas aproximadamente para que la UNAM emitiera un comunicado en el que informaron sobre su descubrimiento, el aviso inmediato al ministerio público y el repudio a cualquier tipo de ilícito cometido en sus instalaciones, como si se tratara de cualquier asunto, ni una muestra de sensibilidad frente a la gravedad del problema.

Alrededor de las 6 de la tarde del mismo día seguía sin conocerse la identidad,  la versión digital de El Universal, publicó Hallan muerta a mujer en jardines de la UNAM donde destacaba que no habían encontrado identificaciones de ella y que la Procuraduría capitalina había iniciado una investigación, en la cual especificaron que la causa aparente había sido muerte por asfixia, que tenía entre 20 y 25 años de edad y llevaba en la mano derecha una cadena de perro.

Durante la noche del 3 de mayo el periódico digital La Izquierda Diario publicó una nota donde cuestionaba a la UNAM por haber ocultado el feminicidio por 12 horas, ya que éste fue encontrado en la madrugada.

Alrededor de las 9 de la noche El Universal dio a conocer que la Procuraduría General de Justicia capitalina había activado el protocolo de feminicidio, más de doce horas después para reconocerlo cuando en el artículo Capítulo VI referente al Feminicidio, el artículo 148 Bis establece que: Comete el delito de feminicidio quien, por razones de género, prive de la vida a una mujer, como las que estipula el apartado IV que establece: El cuerpo de la víctima sea expuesto, depositado o arrojado en un lugar público. El cuerpo de Lesvy Berlín había sido privado de su vida y encontrado en un espacio público como lo es la UNAM.

Mientras tanto la indignación por el feminicidio ya había crecido en las redes sociales porque para las feministas académicas, activistas y defensoras de derechos humanos era bastante claro. Asimismo se difundió un primer cartel que convocó a una Caminata por la compañera asesinada en Ciudad Universitaria, pues aún no se tenía conocimiento de su nombre completo. También es importante destacar que en el mismo exigieron respuesta a las autoridades universitarias sobre el caso Marcelino Perelló.

La caminata tendría su punto de encuentro en el auditorio Flores Magón de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM pues justo esa misma tarde del 3 de mayo se registró un incidente de acoso en los baños de la facultad, de acuerdo con el comunicado del Colectivo Feminista de la No FCPyS recibieron la queja de dos estudiantes que se encontraban en los baños del Edificio A vieron a un sujeto que las observaba “de manera extraña y lasciva desde el pasillo del mismo edificio”.

Ellas decidieron encerrarse en los baños y esperar a que el sujeto se fuera del pasillo, poco tiempo después, se percataron de que él entró a los baños a buscarlas y querer acercarse a ellas. Las estudiantes no vieron elementos de seguridad de la UNAM y decidieron encerrarse nuevamente en el baño para apretar el botón de seguridad, pero éste se encontraba desactivado y para volver activarlo se necesita una llave especial que solo tienen los elementos de vigilancia.

Finalmente llegaron los elementos de seguridad a retirar al acosador, horas más tarde dieron con su identidad, el sujeto se llama Eduardo Flores Miranda de 36 años y al ser publicada su foto en Facebook varios estudiantes lo identificaron porque siempre lo ven en la zona de los Bigotes alcoholizado y drogándose.

Retomando el caso de Lesvy, al día siguiente del feminicidio, durante las primeras horas de la mañana el cuerpo de ella seguía sin identificarse. Fue hasta el mediodía que el portal de noticias Sin embargo, dio a conocer que ya había sido identificado por sus familiares y su pareja sentimental.

Ambos dieron detalles que hacían referencia a la vida personal de Lesvy y la PGJ  los retomó haciendo escarnio tanto de las últimas actividades que tuvo en vida, de su estado civil y escolar publicándolo en lamentables tuits y no en un comunicado serio de prensa, la instancia de justicia fueron los primeros en revictimizar y criminalizar a Lesvy, por su vida privada, restando importancia al asesinato; los segundos fueron los medios de comunicación Animal Político y Milenio publicaron que ya se conocía la identidad y recuperaron tal cual la información emitida en los tuits desafortunados de la PGJ como lo muestran la siguientes imágenes capturadas que fueron ampliamente difundidas en redes sociales.

El diario  Milenio se sumó al linchamiento y a la revictimización de Lesvy, en un tono inquisidor, porque ella vivía en concubinato, por beber y drogarse en las instalaciones de la universidad, la reportaron como fallecida no como asesinada, por deber materias y haber dejado la UNAM,  la nota hizo énfasis en que “ni era estudiante” de ahí se le desvalorizó y ello dio pauta a que se dieran expresiones de insensibilidad por otros integrantes de la comunidad, gracias a este irresponsable manejo de la información.

El otro diario digital Animal Político también promovió desde su redacción la revictimización, se resaltó la declaración del novio que ella tenía problemas con el alcohol, ya no contamos con la nota original publicada de ese día pues ésta fue modificada, porque sus lectores, en un gran ejercicio de derecho de réplica  “le hicieron ver y (entender) el grave error” así que incluyeron una nota del editor donde explican su error por reproducir la primera versión de la PGJDF y no haber dado contexto a los datos, ni contrastado la versión oficial. En el caso de la PGJ, el Procurador General de Justicia Rodolfo Ríos dio instrucciones de retirar de inmediato los tuits que hacían alusión a la vida privada de Lesvy Berlín por ser  inapropiados.

Estos cambios promovidos en la información emitida irresponsablemente, fue gracias a la presión social hecha en redes con el hashtag #SiMeMatan,  acusaron a los medios y a la PGJ por criminalizar y revictimizar a la estudiante de la UNAM porque hicieron énfasis en su vida privada y no ofrecieron información puntual sobre el asesinato, de tal manera que el feminicidio no fue relevante, recordemos el caso de Karla  quien falleció en el accidente del BMW en Reforma de este año, ella murió por puta, por salir de fiesta y subirse a un carro de un desconocido a altas horas de la noche y estando casada, las redes sociales la juzgaron por su estado civil al grado de decir que su muerte fue merecida.

Ante una situación que ya es extrema en nuestra sociedad había que lidiar con el manejo tendencioso de los medios y la PGJ, por ello las activistas, estudiantes, periodistas, analistas, académicas y una gran diversidad de mujeres indignadas retomaron los tuits de la activista María José E.H. quien escribió en su cuenta personal que dirían sobre su muerte “si me matan, no le digan a nadie que a veces me emborracho, que no tengo título universitario…”, rápidamente empezaron a tuitear y facebookear con el hashtag #SiMeMatan destacando aquellas situaciones que parecen “faltas a la moral” “de moral relajada” o “libertinas” que han sido una escala de valores impuestas desde el Estado, la familia, la Iglesia y los medios de comunicación para determinar quiénes son las mujeres de bien y las que no.

Estas situaciones que destacaron las tuiteras tienen que ver con la liberación femenina que para las instituciones machistas mencionadas son libertinajes impropios de una mujer como; la libertad de las mujeres y su autonomía; vivir su vida privada sin prejuicios: sobre el cómo divertirse, vestirse, beber, su orientación sexual, la natalidad, una sexualidad plena, la elección de estudiar o trabajar, el matrimonio, la soltería o vivir en unión libre “sin el permiso de Dios o el Estado”.

Mientras toda esta indignación corría en redes sociales, la UNAM seguía sin dar un nuevo comunicado, tanto los medios digitales como la PGJ ya habían informado que Lesvy Berlín Rivera Osorio había estudiado en una de las instituciones de nivel medio superior, aunque los haya suspendido, tal como lo declaró su mamá. Lesvy había pertenecido a la comunidad universitaria ¡es universitaria! y ¡aunque no lo fuera! no merecía ese indigno trato ¿Por qué esa insensibilidad y falta de acompañamiento? Lo volvemos a repetir ¡Nos están matando en nuestra Máxima Casa de Estudios!

Hay que ser conscientes de la gravedad pues la gente que va a la universidad y hace uso de sus instalaciones no necesariamente pertenece a ella, es decir, no tienen un número de matrícula que es lo que oficializa su permanencia como estudiante, académico, egresado, y trabajador, pues pueden ser estudiantes de otras instituciones que van a consultar las bibliotecas y a los Institutos de Investigaciones, también van  al Centro Cultural Universitario a disfrutar de la vida cultural que la propia UNAM ofrece al público en general y su comunidad a través de sus museos, obras de teatro, danza y muestras cinematográficas, van diversas familias a Las Islas para pasear a sus hijos y mascotas, van al Estadio Olímpico cuando juegan los Pumas o los clásicos del futbol americano.

Hay que tener presente que la Máxima Casa de Estudios es visitada por ser un referente en la producción del conocimiento, las artes y humanidades y el papel que ha jugado en la historia del país así que quien entre al territorio puma, como decía uno de los espectaculares que estaban afuera del metro Copilco merece un trato digno y de respeto, de garantizarle su seguridad tenga matrícula o no.

Imagen: Polemon.mx
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