De Norte a Sur Opinión

Fidel frente a la crítica

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octaviosolis

26 noviembre, 2016 @ 5:17 pm

Fidel frente a la crítica

@octaviosolis

Despertar. Mirar el mundo a través de la ventana de las redes sociales y encontrarse con la noticia de la muerte de Fidel Castro Ruz, lo hace a uno pensar varias cosas. Primero: el 25 de noviembre de 2016, a las 22:29 horas se extinguió por completo el siglo XX, aquel de las grandes revoluciones sociales armadas. Segundo: Fallece su último gran protagonista político, polémico como cualquier grande; para unos revolucionario ejemplar, para otros, dictador.

La más fuerte crítica contra el modelo revolucionario cubano es el sacrificio de la política en aras de un sistema social igualitario. El viejo dilema histórico libertad vs igualdad y falsa dicotomía conceptual, que llevó a casi todas las revoluciones a una encrucijada: apertura o sobrevivencia. Fidel apostó por lo segundo. Por el reproche de un pragmatismo político ausente en Francisco I. Madero en 1913 y en Salvador Allende en 1973.

No todo líder resulta siempre un buen político. Castro era un dirigente carismático y un genio de la política. Su figura gravitó en esa doble naturaleza que le permitió dirigir una revolución y defenderla frente a la mayor potencia de mediados del siglo XX. La crítica es necesaria para mejorar nuestra realidad, pero para evitar degradarla en vana invectiva, requiere siempre de contexto, pues como diría Marx “Los hombres hacen su propia historia, pero no a su libre arbitrio”.

Opinión fácil es aquella que separa la ética de la política; lindar únicamente en el deber ser, peor aún, en lo que desearíamos que fuese. De igual forma, excluir un marco normativo nos deja solamente con justificaciones pragmáticas sin posibilidad de mejorar lo que tenemos.

(FILES) Photograph taken in the 60s of Cuban president Fidel Castro during a speech. AFP PHOTO/CUBA's COUNCIL OF STATE ARCHIVE (Photo credit should read -/AFP/Getty Images)
(Photo -/AFP/Getty Images)

Algunos logros irrefutables de la Revolución cubana: dignidad y soberanía; educación gratuita, de calidad para todos; sistema de salud universal y ser una potencia deportiva regional. Sobrevivió al derrumbe de la Unión Soviética por la fuerte legitimidad de su dirigencia política en la isla. Aunque reprocho la relación tortuosa que mantuvo Fidel con las izquierdas mexicanas, a las cuales traicionó en más de una ocasión para no romper con los gobiernos mexicanos priistas, pues así le convenía. Su silencio ante la masacre del 2 de octubre de 1968 y su presencia física en la toma de protesta de Carlos Salinas de Gortari en 1988.

Su mayor triunfo fue vencer a la muerte, no por su legado histórico, ni como emblema y símbolo político, sino por lograr separar el poder de su propio cuerpo, algo, que poquísimos líderes pueden consumar sin caer en severas crisis de gobernabilidad. La transición está echada a andar, Raúl Castro tendrá casi 88 años para el 2018, año electoral que anuncia la profundización de la reciente reforma política; sin embargo, los demonios ahora andan sueltos, la muerte del comandante Castro ha envalentonado a su oposición aglutinada principalmente en Miami, EU.

Referente obligado para conocer nuestro presente latinoamericano, su figura se vuelve inasible ante cualquier lectura maniquea. Y las redes sociales se inundarán de eso en los próximos días. Por ahora, sólo resta decir: Hasta siempre comandante…

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Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis