Gato con Lentes

La grandeza de la UNAM está por encima de los rankings

4 septiembre, 2016
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La grandeza de la UNAM está por encima de los rankings

@octaviosolis

De nuevo en las 100 mejores del mundo

Hace poco se difundió la noticia acerca de que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), volvió a subir en la lista de las mejores universidades del mundo, debajo sólo de la de Sao Paulo, entre las de América Latina. Este hecho me provoca una doble reacción, pues resulta grato enterarnos de buenas noticias que fortalecen la imagen de nuestra institución, en medio de tanta información que empobrece el alma, ya sea por la violencia y el desempleo, pero al mismo tiempo, produce desconfianza la reducción de una realidad tan compleja únicamente a números.

Reduccionismo numérico

El riesgo de depositar el valor de la máxima casa de estudios según el lugar que ocupe en una lista frente a otras instituciones educativas, es que desaparece el contexto político en que se encuentra inmersa, y un ejemplo claro es la huelga de 1999, cuando se impidió el incremento de cuotas. Después de aquellos acontecimientos, la demanda estudiantil descendió y la imagen de la universidad tardó algunos años en reponerse. Mediáticamente la UNAM se encontraba en uno de sus peores momentos, pero no por ello, había perdido grandeza, pues su verdadera fortaleza radica en su centenaria tradición, depositada en su comunidad con una de las identidades de mayor raigambre del país.

¿Dónde radica su grandeza?

¿Dónde están las claves de la grandeza de la Universidad Nacional? Con el riesgo de igualmente reducir su realidad, bien puede decirse que en una palabra: tradición. Un concepto que obliga una mirada histórica, que no borra los intereses de los grupos, ni el conflicto, pues dentro de la Universidad Nacional cohabitan diferentes tradiciones muchas veces contrapuestas. Sólo que por encima de todas ellas, hay una en particular que ha sido predominante: la transmisión de conocimiento.

Lo anterior implica pasión por la enseñanza, herencia cultural, compromiso con el sentido transformador del conocimiento, diálogo generacional, pero sobre todo, ejemplo de vida. La primera generación formada en las aulas de la Universidad Nacional es la conocida como 1915, la de los siete sabios, influenciada por una previa, la del Ateneo de la Juventud, formada a su vez por la de los científicos, con quienes tuvieron una fuerte ruptura. Desde entonces, y desde hace poco más de un siglo, la mayor casa educativa ha preservado el conocimiento de generación en generación, pero de igual forma ha producido conocimiento nuevo.

En sus aulas siempre nos habremos de encontrar con varios buenos maestros, aquellos que depositan en su palabra más que reflexión, que antes que enseñar, inspiran; la palabra como ejemplo de vida. Por eso, aunque estemos hoy bien rankeados y mañana no sea así, eso no es determinante para sostener de pie al más grande proyecto cultural de nuestro país, por lo que celebro su reposicionamiento en la lista de las mejores universidades, pero no sin referir que su mayor legado encarna en cada uno de quienes hacen posible, en el día a día, la libre enseñanza, congruente, comprometida, de donde habrán de salir, como siempre, los futuros grandes maestros.

UNAM panorámica rankings
Imagen: www.revistaconsideraciones.com
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Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis