De Norte a Sur Opinión

Grupos extremistas en la UNAM

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octaviosolis

30 junio, 2016 @ 8:10 am

Grupos extremistas en la UNAM

La presunta aparición de un grupo extremista autodenominado Individualistas Tendiendo a lo Salvaje (ITS), que hace un par de días se atribuyeron el reciente asesinato del trabajador administrativo de la Facultad de Química de la UNAM, José Jaime Barrera Moreno, nos obliga a reflexionar en torno a la seguridad, pero sobre todo, el ambiente político que esto representa dentro de la máxima casa de estudios.

Ese tipo de violencia ejercida por grupos extremistas no es algo nuevo, en momentos álgidos de la política, es común su aparición. El asesinato del dirigente comunista, Carlos Hernández Chavarría, en 1978, en el estado de Oaxaca, el ajusticiamiento contra el poeta salvadoreño, Roque Dalton, en 1975, son un ejemplo de ello. En ambos casos, grupos de extrema izquierda se adjudicaron las muertes, por no ser “puros”, ni compartir, pie juntillas, sus métodos.

Lo primero que acontece con ese tipo de actos es la disolución de la política, para dar paso a que los extremos (ultra izquierda y ultra derecha) sean los únicos capaces de “hacer” política, pues todo lo que está en medio es inmovilizado por un ambiente de terror.

Lo segundo es que se encubren asesinatos perpetrados realmente por el Estado, con la supuesta justificación de una antropofagia izquierdista. Como ya se les cayó el montaje de los narco-asesinatos con la desaparición de los 43 normalistas, ahora empiezan a surgir nuevos grupos extremistas.

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La Mega Asamblea realizada el pasado 21 de junio en las Islas de Ciudad Universitaria, en apoyo a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), es una muestra de que esta generación se encuentra en un fase importante de politización, de la que se augura la posibilidad de generar una alternativa política a la actual hidra partidaria.

Proceso histórico que sólo puede ser detenido o retrasado, en un ambiente de violencia como el que ahora empieza a perfilarse.

Curiosamente, mientras se realizaba dicha asamblea, un grupúsculo decidió unilateralmente cerrar la Av. Insurgentes, para después solicitar el apoyo a su acción directa. Toda la asamblea rechazó su “espontanea acción revolucionaria”, pues eso hubiese reventado la posibilidad de generar organización a mediano y largo plazo, en aras de un espontaneísmo chato.

En este momento nuestro país vive una de sus mayores crisis de seguridad nacional, como no se veía desde finales del siglo XIX. Este deterioro del tejido social y de incertidumbre se ha instalado a partir de hoy en nuestra mayor casa educativa.

Bien puede ser un hecho aislado, un grupo inventado para generar rumor y confusión dentro del campus, pero no debemos bajar la guardia, estar al pendiente, exigir el esclarecimiento del asesinato de Jaime Barrera, pues es un aviso de cosas peores en nuestra Universidad. No podemos ser indolentes, como si no pasara nada.

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Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis