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La vida no vale nada; el mundo raro de José Alfredo

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guerrerojp

19 enero, 2016 @ 2:46 pm

La vida no vale nada; el mundo raro de José Alfredo

Quizá sin proponérselo, José Alfredo Jiménez apostó que sus canciones lograrían la eternidad… Y ganó. ¿Por qué su obra es eterna? Porque el guanajuatense desentrañó “el amor del bueno” y logró expresar en pocas palabras los torbellinos dentro de los pechos, las lágrimas encerradas o las que corren libres de culpa, la dicha desbordante, el poder del miedo, el deseo de venganza, la impunidad de la distancia.

Su estilo

Sus letras de estilo sencillo pero directo, en pocas palabras dicen muchas cosas, todas ciertas, dictan sentencias imposibles de impugnar, describen de manera exacta una sensación y sobre todo se quedan, permanecen, habitan en los recuerdos de quienes las escuchan.

Vida y biografía

José Alfredo Jiménez Sandoval nació en Dolores Hidalgo, municipio de Guanajuato el 19 de enero de 1926 y dejó este mundo el 23 de noviembre de 1973, hace 42 años. Sus primeras canciones las escribió en su adolescencia, fue mesero, futbolista, cantante en el restaurant “La Sirena” de la Ciudad de México, luego de dejar el terruño en 1936 por la muerte de su padre que atendía una farmacia.

Conoció de cerca el hambre, la desesperanza, el rechazo, la falta de oportunidades y así navegó por los mares que lo llevaron a ser un referente indispensable de la música regional mexicana. Los intérpretes más importantes de su tiempo peleaban por sus canciones, entre ellos Miguel Aceves Mejía, Pedro Vargas, Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Aguilar, Javier Solís y un bastante largo etcétera.

Estos cantantes lo ayudaron a propagar su trabajo mediante sus grabaciones, así como en el radio y de forma importante, en las películas de la época de oro del cine mexicano, en las que incluso José Alfredo hizo apariciones en más de 15 cintas.

Con su participación en la música y la industria cinematográfica, apuntaló su obra de más de doscientas canciones grabadas, aunque muchos de sus biógrafos sugieren que escribió cerca de mil. De su puño y letra surgieron corridos, baladas, canciones rancheras y boleros.Dolores005El desamor era el tema que predominaba en sus composiciones, sin embargo grabó también canciones de hazañas, como las del Caballo Blanco o el Perro Negro, historias de boxeadores (“Con la muerte entre los puños”) o de parrandas, como “Llegó borracho el borracho”. También inmortalizo a su tierra natal con “Caminos de Guanajuato”, una de sus canciones más conocidas y “15 de septiembre”, en la que alude al grito de Dolores, el inicio de la Independencia Nacional.

No existen encuestas al respecto, pero no es difícil imaginar que los mexicanos, sin distingo de la época en que nacimos, alguna vez hemos cantado alguna letra del compositor.

Las canciones de José Alfredo Jiménez rebasaron su tiempo y artistas de la talla de Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Chavela Vargas, Luis Eduardo Aute, Juan Gabriel y muchos más, lo consideraron una influencia insustituible para el desarrollo de su talento.

A la fecha, escritores, cantautores, cineastas, guionistas y demás creadores todavía usan la obra de José Alfredo Jiménez para desarrollar discos, películas, documentales, fotografía y muchas otras expresiones.

En su canción “Gracias”, escrita ya al final de su vida, agradece a su público y expresa su deseo de poder tener “otros dos corazones” que le permitan continuar disfrutando de los aplausos de quienes lo escuchan.

José Alfredo, con su vida, hizo cierta una de sus frases: “no hay que llegar primero, hay que saber llegar”. Y llegó, llegó para quedarse eternamente en el imaginario colectivo y ocupar el trono del Rey de la Canción Ranchera.

Imagen: Pinterest

 

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Reportero. Estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Celayense de corazón.